miércoles, 6 de abril de 2011

cero.

Días en que respiro como si respirara.

Días en que te veo pequeña bajo tu lengua.


A veces te digo que te abraces

aunque estés sola y nadie pueda verte,

nadie pueda sentir sobre el agua de tus ojos

la estela que te acaricia y te palidece.


Días en que recuerdo que a tu amor profundo

lo habita tu único silencio

a la hora de las luces muertas,

siempre y donde el oxigeno

tiene forma de pez al filo de la ternura

cuya existencia se da solo

al labrar tus facciones contra el sol aparente.


-Porque por estos tiempos ya nadie sabe del sol.-

Ya todos se delimitan por un caleidoscopio multiforme, dicen.


Días en que te veo pequeña entonces

al borde del desamparo balanceando un pié primero y luego el otro


como si no esperaras nada.

Como si esperaras todo.


O solo a las muertecitas

Las únicas que conocen tu llanto

el grito mudo al vacío

tu consuelo barato


Que sean ellas las muertecitamor

las que vengan a buscarte

y te arrastren dormida hasta el entierro.




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