lunes, 13 de diciembre de 2010

La lágrima me habla.

Ay vida, vidita, vida chiquita si te tuviera y verte volviendo verte las manitos entre las sábanas. Vidita , vida un extraño te mira en el lagrimal como un espejo que tornasela todo sentir en pos de lo cálido entre el aire que nos mece, a vos y a mi todo en el medio es aire, vida vidita verte corriendo fuera de las sombras del ocaso húmedo verte, vidita, vida verte sumergida en un sueño profundo del que algún día cesara el desvelo en medio de la enfermedad de un insomnio atardecido color azul de invierno que te llevó la comida a los pies, Vida, la comida que te mató de hambre que te sobran las palabras para decir tanto que es decir nada, que te sobran las palabras entre tanto suicidio demorado consumido por la alegría ausente del amor que floreció en mi pecho desde que naciste hasta tu puta muerte, Puta Muerte recuéstate a mi lado y tráeme lo que no tengo sin importar que todavía respires o estés tras su espalda solo dejame, vida, vidita dejame que te vea dormido soñando o despierto dejame que te toque que te escuche que te hable sin importar que te lo lleves de nuevo, preciso de un instante que me parezca más eterno que esta ausencia quebrada a primer latido del día; Puta muerte recuéstate a mi lado y abrazame que no me importa pero que vida, vidita, Te quedes para verte amanecer con las manitos entre las sabanas, A donde sea el lugar una suplica un ruego una plegaria que Por Favor no tenga como respuesta más silencio que este golpeándome la cabeza en el desespero al abrir los ojos,Y No Poder encontrarte
Vida, vidita. Vida, mi Vida.

viernes, 26 de noviembre de 2010

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( Escucha al niñito que te habla dormido dale un amparo perpetuo en tu memoria, construye con tus lagrimas un lago para beberlo al filo de la noche, construye con tu dolor que ha sido desde entonces como una lengua arraigada a tu alma una cuna para recostar la imagen de su cuerpito mudo, para dar las últimas caricias a la piel helada al final del día, de cada día, cuando sientas a la muerte atardecer y descender sobre los huesos a la espera entre las risas que no están, dale un lugar entre tu piel para que encuentre que su cadáver permanezca cómodo, conserva en tu garganta la mas pálida angustia como una red de tristeza que lo contenga siempre, dale la ofrenda de tu cuerpo entero porque ya tu alma obsérvala como agoniza y se deteriora, clama en silencio ser arrancada vestigio por vestigio, ya nada le queda para dar a nadie doblégala en el llanto, y déjala que se consuma hasta que pueda dar un último aliento, y recaiga finalmente todo lamento de oscuro sufrimiento arrastrado consigo, en la lúgubre infancia destrozada y latente, aún tibia, entre las manos
de tu Hermano.
)

martes, 16 de noviembre de 2010

Call to you across the sky

Lo más frío en mi haber el estar el no dormir el rondar y palidecer a cada golpe de silencio en el exhalo al abrir los ojos con la sien en la garganta y la sangre tan ausente y saber el no poder ni soportar el no dar más. Estar sin querer amanecer sin querer levitar ahogándose en el cristal de la llovizna corrompida por el horror que avanzaba como un fuego de delirios desde la memoria sobre los parpados habiendo envuelto el llanto en este mismísimo aire petrificado en el cuerpo del mediodía puro que mastico y trago, veo que en medio de una plaga descontrolada está desesperado, Terriblemente desesperado de un dolor que se hace presente como la bruma, y se dice invisible en el susurro de una mujer muerta de alma y un niño que la sostiene entre sus brazos frágiles de nada. Parece quedarle tan solo un pequeño aliento de partida de fuga de antaño atado en sus ojos, Que a mí me pareció al verlos tenían gusto a un mar extraño encerrado de impreciso inmerso en una herida inmensa que se desplegaba tal cual una pluma levitando delicada sobre una piedra ahogada de muerte. Y desde arriba como si la garganta ya no pudiera más contra la espera del caparazón de un sol animal lejano al horizonte enegreciendo conforme la hora exacta se consumía estática entre lo ávido y lo prematuro, Yo pedía por todos mis gritos en el silencio más violento que pudiera haber creado mi más profundo Dolor de oleaje atraído por la miseria acariciándome las entrañas meciéndome como si de mí se compadeciera Mi Dolor me abrazaba y yo temía que fuera por favor un soliloquio del sueño más lejano y no más; suplicaba pero mi Dolor me acariciaba con ambas manos y pies y piernas y lengua que no hubiera más dedos que levantar en pos de la resurrección del extraño cuerpo roto que mis ojos preferían ser extraídos antes de volverse locos, de volverse ebrios de una locura ebria de haber palpado con la pupila entera lo más sombrío del alma de la mujer desnuda del alma de la mujer que no tiene nada haber tocado su rostro helado haber tocado, el Vacío. De permanecer sin querer, de sentir ser contorneado mínimamente por el aire entre las pequeñas sombras y no querer nada, de saberse en la vigilia como haber sido escupido por el mismísimo cielo que respira de memorias en espera de que se adhiera tu carne a la tierra y que sin embargo te mantenga aún adormecido anestesiado extraviado de sí regocijandote en su memoria mísma de ardor continuo, que huelo me parece un mar extinto sofocado por el lado táctil del invierno goteando entre los huesos; mi Dolor así me abrazaba mi Dolor todo mío vuelto raíces no me lo decía como yo quisiera no me nombraba por mano propia por su habito de existencia perpetua pero ¿Cómo no me trepo de mis labios y me arranco los dientes uno por uno cómo no me subo a mis ojos y los arranco uno por uno cómo no grito hasta perder la voz para siempre para nunca, y quedarme con la palabra en el pecho de toda Soledad durante los años a venir de los peces ciegos enredados entre los múltiples mares del vientre resignado? Yo adherí su palma a la mía mi Dolor no me lo decía pero yo sabía diecisiete horas para una mañana de infinitud de remordimiento inmóvil lejano de irse, el espasmo cristalino la travesía que no fue, lo húmedo en la ausencia del amor que tenía cuando por tus pies corría un aliento de ternura y aquel otro del rumor sombrío latente a viva voz en el silencio de mi cuerpo solo podía darme una única visión: Me aferraba a la piel helada, al canto etéreo sin plumas para regocijarse, ardía mi todo como la asfixia de la ausencia entre los seres, y me vi como gritando muda el no poder ni soportar el ya no dar más, me vi como Yo Me Abrazaba al Cadáver de mi Hermano. hasta dormirme sobre su pecho. Y permanecer así para siempre.

martes, 9 de noviembre de 2010

Amar amar hasta morir.


Yo ya no tengo llanto. Yo ahora habito el llanto el llanto me vive, me da vueltas, me inhala, me exhala, me duele, me escupe, me abraza, me golpea, me tira, y me deja. Ahí, me deja, respirando. No a manera de río no a flor de piel ni siquiera entre las venas; no se escurre no se palpa ni se gusta. Habito en un llanto que únicamente se respira. Uno que sabe bien anidarse no en el cuerpo sino en cada rincón del aire que abunde por estos alrededores cualquiera sea que se necesiten para despertar después de ayer intentando evadirse de toda consciencia por miedo al mar. Al mar. Por ahí te perdí. No hablo del llanto que vos me veías y decías por qué, no del llanto que vos la veías y decías no me gusta verte así. Hablo de éste. De éste que vos por suerte no tuviste jamás. Este de estar despedazándose sobre el cuerpo de quién debería despedazarse sobre el tuyo. Es como un renacer y consistirse de una aire liviano del que no querés ser. Y así tan así nada sirve vení a cerrarme los ojos un ratito pero vení vos y contame que estás bien, que no te duele nada, que me viste agarrarte tu manito fría, y acariciarte tu cuello frío, tu pancita de piedra, y dibujarte con el dedo el espacio entre la cinta de la venda y la quemadura en tu carita, que me viste acomodarte el pelo como te gustaba, desabrocharte la camisa para que se te viera la remera tal como la usabas, y atarte las zapatillas esas últimas que te compraste y que estabas tan contento y que no pudiste casi usar. Vení contame que me escuchaste pidiéndote que te despiertes, que me escuchaste mientras te besaba y te decía que te amaba sintiéndome la cosa más miserable del mundo porque ahora ya no sirve, no sirve nada. Sé que nos amábamos a nuestra manera y vos eras mi pendejo pelotudo, mi mocoso rompe bolas y yo era tu hermana de mierda, tu hippie loca, tu fea y gorda y así nos amábamos, así, tanto que últimamente te acosaba para abrazarte para que vos después me empujaras haciéndote el que no te gustaba pero riéndote a la vez. Son demasiadas las cosas que podría decirte sin que vos sepas nada porque ya no sirve, no sirve nada. Los que se van se van y los que quedamos lamentamos el tener que respirar, el tener que habitar el llanto, todos los días sin descanso, despertarse y que duela porque eso somos. Vestigios de un dolor inmenso, irremediable, un artefacto de carga, ya no somos lo que éramos, ahora eso somos; Somos los restos, lo que queda. Y ese lugar ocupamos ahora todos los que te amamos, todos a los que nos queda hablarte en el recuerdo y convencernos de escucharte, imaginar que nos hablas, o verte dando vueltas por donde solías. Algunos van a verte entrando a Cantera, o jugando un partido en la cancha de en frente; Otros te van a escuchar reírte ganando en el paddle; muchos van a recordarte poniendote los guantes para luchar, entrando a la escuela, haciendo chistes malísimos; Mamá probablemente te recuerde jugando en la vereda mientras ella te llamaba para entrar a hacer la tarea, Papá seguramente va a verte dormido mientras él te daba un beso antes de irse a la guardia. Yo por mi parte desde ya te cuento que cada vez que entro o salgo de mi pieza me parece verte sentado en la compu, escuchando tu música, hablando por micrófono con tus amigos. Se van a hacer las tres de la mañana y yo voy a estar esperando que te despiertes sonámbulo a mirarme como un loco antes de entrar al baño y tomar agua; para después yo ir hasta tu pieza y verte durmiendo babeando la almohada con la tele prendida, decirte “Ah, pendejo pelotudo, siempre haces lo mismo”, apagarla, y volver a verte a la mañana bajando la escalera o directamente desayunando. Dije me parece, porque obviamente nada de esto va a volver a pasar jamás dado que mi último recuerdo cerca tuyo es el intentar digerir de manera consciente un “Papi viste dónde está “, en medio de una multitud quebrada en lágrimas detrás de un cajón. Desmenuzar parte por parte para que sea comestible que mi hermano está ahí. Mi hermano está adentro de ese cajón. Por favor, imposible. Asique mirá Gian te prometo no volver a dejar pasar ni una vez que sienta que tenga que decirte que te amo. Te prometo que no voy a dejar pasar ni una vez que tenga ganas de abrazarte. Te prometo que te voy a llevar al mar conmigo y que cuando Sami tenga un cachorrito te lo voy a dar a vos. Te prometo colaborar con mis ahorros para regalarte la patineta que mamá y papá te van a dar en navidad. Te prometo dejar los auriculares donde los tenías después de usarlos para que no te enojes. Te prometo instalarte el juego que no podías instalar. Te prometo enseñarte a poner los cordones de manera tal que no te quede el moño afuera. Te prometo poner el asiento derecho de nuevo cuando lo tire para atrás. Te prometo cortarte el pelo como querías para que no te lo corten demasiado en la peluquería. Te prometo seguir defendiéndote cuando no te dejan salir afuera a jugar. Te prometo que no voy a esperar a que seamos más grandes para pensar que vamos a interesarnos por lo mismo y hacer cosas juntos. Te prometo te prometo te prometo. Uy. No Priscila, sentite la cosa más miserable de nuevo porque no le podes prometer nada tu hermanito ya no está. No, no está. Acá te queda su alegría y esas cosas que ya no se ven; y bien sabes que la ausencia es más fuerte de todos modos. Ay chiquito chiquito intenté evitar esa pregunta tan mediocre del por qué; pero me fue imposible. Por qué pendejo por qué, qué necesidad de ir para el lado que nunca ibas y cruzar justo cuando no tenías qué. No sé, nadie sabe, no se sabrá. Acá te extraño, y como ya lo he hecho sé que voy a seguir regocijándome en tu cama, entre tus cosas, tus medias remeras y pantalones sobre la cama, las almohadas dadas vuelta, la frazada hecha un desastre, el control por ahí tirado, tu mesita llena de perfumes y desodorantes que me traen a vos. De nada sirve decírtelo ahora pero no me queda otra porque te fuiste sin escucharlo como realmente es, como lo tengo acá adentro y necesito sacarlo y que lo sepas y no lo vas a saber jamás; Te amo pendejo, hermano, te amo, como a nadie mocoso, y nos doles tanto a todos, porque eso somos. Eso soy, mi amor, principalmente un alma llena de dolor, que además tiene un cuerpo al que no le interesa demasiado ser. Un vacío material, el vestigio de un dolor inmenso un dolor terrible, además de una indescriptible necesidad de tenerte acá y que no te vayas Gian, por favor quedate. Pendejo volvé y no te vayas más. Y sino de última bancame que ya voy, nos vamos a volver a ver. Mientras acá te lloro, nene, te tengo conmigo.
Te amo.

Amar amar amar amar



Amar amar hasta morir.







22.07.98 - 07.11.10


sábado, 2 de octubre de 2010

Smells so human

Dormirme sobre las cosas de las que he sido y necesitar nada más. El tiempo que paso en la piel equivale al ansia del destierro la espera del exilio el grito de toda jaula por caer en huesos rota sabe quién donde y no importa de qué. Migrar por lo que ha estado debajo hasta la colisión temprana de un ser que ha despertado antes de tiempo que se ha anochecido sin conocer la mañana blanca (decimos) deberíamos encontrarnos exhaustos de tanto mantener la espalda erguida y dirigir la mirada hacia adelante sin saber ni mínimamente de las cosas de la tierra de sus latidos a media noche cuando las cosas que no se ven se hacen presentes en el silencio nocturno son pequeños insectos que nos comen poco a poco y nadie sabe, nadie lo sabe porque si se supiera, la espalda se cae, la mirada desesperada y frenética, el cuerpo se cae todo se cae y entonces se comienza realmente a sentir. Que hablamos de jaulas. Hablamos de nidos y pozos y de las voces que escucho a paso sonámbulo en el respiro entrecortado, Aseguro hay alguien aquí que Canta que me dice ¿Y qué es de las almas y dónde se duermen y dónde se extienden al aire y se envuelven de sí para salir de este mundo y ver a las gotas como caen y se desprenden desde su corazón que yo no? He podido ver que no veo nada que me encuentro petrificada dependiendo de las visiones que el mundo propone porque mi sangre no puede derramarse más allá sobre lo que no se puede tocar y yo necesito. Necesito la media marea el polo opuesto la cornisa en la sombra. Necesito poder anhelar desde el óculo vívido el reflejo alargado hasta entreverarse en el camino así como pertenecer de manera mística (quiero decir) por el flujo del mito intuitivo sosegado por el avance histérico a esto que no se es pero saber que se está. (Hoy vivimos pero) el tal mañana no tiene ojos porque nos serán comidos, consumados como velas al paso que dure el fuego que ahogue el tiempo en todo esto que llamamos eternidad (¿Qué llamamos cómo? ¿Qué cómo? ¿Qué hemos dicho, qué?) Que dijimos tener guerra que es tener sed que es designarnos por detrás del cerebro a manera de actuar por mano invisible el natural oficio del suicidio; Dijimos tener lo necesario para revolcarnos sobre el vidrio creyéndonos desnudos totalmente desnudos a la hora justa del primer sol merodeando en las entrañas del cuerpo elemental que nunca fuimos, terminamos suspendidos en la muerte de la tierra con los ojos a modo de órbita con un silencio desmayado entero a flor de piel y deslizamos el índice por el pecho y creemos que ya no hay nada que nunca hubo nada que probablemente: Nunca fuimos ni seremos ningún cuerpo en sí (de hecho).
No nos importa.

sábado, 18 de septiembre de 2010

(Pero en silencio)

Amar a todo pulmón a todo emblema de ser de vuelo, amar por los bordes por el fracaso por lo huido y por lo húmedo entre los huesos. Amar a ternura ausente a miedo precoz por la caída de siempre; también por el lenguaje, por la calma y la espera y el cristal entre ambas manos así tan quietas; Amar por hambre de nostalgia, por el cielo dentro de la jaula amar en boca nocturna en paisaje impreciso de alma doblegada, ( Digo amar del todo) . Amar por lo que nace por lo que yace amar a tacto simple de palma tendida a la superficie del agua, amar a los ojos amar por fórmulas que sean fragancias que sean livianas que sean frágiles desprendiéndose de dicha piel pluma envuelta al aire ; Amar por constelación ajena por miedo inútil por la entrega la mudanza de este cuerpo y la distancia bajo tierra, amar por el estado y la conciencia por lo práctico o la simpleza, amar por la milésima exacta de saber decir el fuego de manera calma sin comenzarlo ni destruirlo amar por invención de universos dentro de este invierno con gusto de alba anestesiada; Amar por el canto de lo que ha sido y amar lo que todavía no, amar a paso histérico de deseo ambulante cegado en la vigilia, amar a tristeza eterna en la garganta dormida. Amar por ánimo de encelo por coraje de permanecer así tan muerto así tan vivo, amar en el respiro en el exhalo en el olvido; Amar las longitudes enteras el instante justo del grito después, amar las mañanas las soledades el aliento quebrado, amar los dientes de lo impuro arañando la sed Amar a costa insomne a centenar de olas precipitadas en el centro de lo que no se es ; Amar a este sonido de penumbra bajo la lengua amar a saber gritar para sí en la boca cocida de quien no duerme, amar la noche por tanto se ame cada letra, toda la noche se nace de letras amemos la noche alguien se arrodilla y en medio de ella suplica Amar; Amar todo lo ido y asegurar que vendrá, digo amar del todo (primero) a ojos cerrados (en el silencio) criatura poseída pronuncia el verbo; Pronúncialo:




viernes, 3 de septiembre de 2010

No lo sé.

Y la verdad es que nada de esto ha sido nunca para una buena causa común (digo), causa conjunta digamos, causa alguna más perfectamente dicho ninguna. No podrías ni desvanecerte en el aire por el solo y simple hecho de siquiera palpar la usencia hablando tanto del acá como del allá bien dentro de si desvistiéndose la piel de a pedazos como quitándose un vacio y volviendo a depositarlo en el mismo lugar, volviendo a la consciencia loca totalmente loca de saberse así tan desnuda y que sin embargo no la mire nadie de nadie y salga uno de uno en sí y se observe como a un espejo que le repugna, pero que de repente sea el ojo propio el que este hecho de vidrio de aire de nada del otro lado y del otro también; que no quede palma alguna para entibiar esta ausencia para acariciar este ser de llanto fértil este llanto de miedo ajeno que es del espejo que no es ajeno que uno no sabe si es uno o es el espejo (o es uno realmente, o es el espejo) uno no sabe si es acaso algo que vive o algo que ha muerto ya repetidas veces quizás, porque el vacio es la más insoportable anestesia entre las células donde se hunde el alma y a uno poco le interesa nada porque no sabe nada de nada y yo puedo decir por ejemplo que ahora en este momento preciso No tengo Nada. Y sé que he de no tener nada siempre, nada de nada, nada nada nada nada (deténgase a sentirlo); solo queda la anestesia, queda. El alma hundida y yo (míreme y tóqueme) y sabrá a sentido forzado de palma congelada (que). Me he quedado completamente pasmada.