domingo, 20 de marzo de 2011

05321922011

05:32 diecinueve de febrero dos mil once.


Asco. Náuseas. El dolor encastrado entre las uñas y una rata que grita.
Sacarse la piel y morderla cada vez qué. Distorsionar la pupila ahogar el silencio quebrar sé.
Un licuado de personalidades mínimas.
Escupirme. No escribo para nadie.

Me necesito
afuera.

so far so good?


No.

miércoles, 16 de marzo de 2011

after me

-A dónde ir o cómo volver, cómo deshacerse como ablandarse como ser de barro en tanto cada célula decida abstenerse al impacto eléctrico dentro del cerebro que se da vueltas como corrompiéndose entre las sabanas lugar de lo que es pero no se ve nada se ve cómo suprimirse en la nostalgia como desandarse de la lúgubre infancia como derramarse exprimirse enjaularse para saberse más dentro que fuera o más fuera que dentro que podría ser exactamente lo mismo cuando al tocar el reflejo nocturno el cuerpo tiembla como nunca en el frio más espeso dado a conocer por el mismísimo incendiario que tuvo con que cortarle las alas a los reptiles de lengua negra, las venas a la tierra las lenguas que han podido abrazarse a la comisura del animal ajeno que han podido enterrarse hasta ser disueltas en un sinfín de invisibilidades desesperadas con el grito a flor de piel como si nunca hubieran tenido el descaro de comerse sus propias manos las de sus hijos y matarlos como no se mata salvo la ignorancia de pertenecer al miedo más sutil envuelto entre las pieles, de tener con qué seguir para sufrir el tiempo todo que se abarque en la vida, casi tanto como en la muerte pero no, no de qué nadie dijo porque nadie sabe es desnudarse frente a los lobos para que vengan a comerse tu cuerpo y que finalmente te sea placentero el que tu sangre se adhiera al polvo y te hayas consumido sutilmente mientras la noche se despide ausente, casi tan ausente como ha sido el aliento quebrándote el pecho toda tu vida que ha sido siempre, únicamente, la metamorfosis que moldea tu esqueleto hacia el cuerpo de tu muerte. -

T e ando

Ajusto de la manera precisa tu mejilla sobre el pozo de mi mano. Asiento labio por labio el lugar cálido de pertenencia al borde de tu boca en la comisura izquierda como si diera inicio al parto de un pájaro, como si el vuelo próximo extendiera el velo azul de ambos párpados que se llueven por sobre las pupilas dejando marcado un círculo mojado y lamemos el borde derecho del cascarón. Mi mano se entibia y toco tu respiración entera como si el tiempo estuviera disuelto en un río que te recorre hasta tu mano, tu mano como un títere que baila de manera inconsciente en mi nuca y ahora tenemos plumas. Plumas en la lengua que se enredan para que te rías y nos miramos como si realmente estuviéramos dejando por sentado en lo más inmenso de lo bajo reproduciéndose por cada punta de los dedos una impresión de huella certera, de lluvia enterrada, de la espuma marítima bajo la planta de cada pié que está ahora entre nuestras manos una mano dos manos todas las manos tu cuello. Tu cuello que beso hasta que labio por labio tu piel se desarma como tiemblan las gotas tal cual mi lengua al caer al agua se disuelve en el mismo azul húmedo que tu boca me acaricia y nos miramos. De pronto me encuentro con un ser que se ha dado vuelta desde mi columna y me desenvuelve entre escalofríos por cada dedo tal cual si me abrazara a mi reflejo en el aire lila que se tiñe poco a poco al paso diminuto de los mordiscos avanzando por mi espalda que se ablanda y se adormece y nos miramos y yo me escondo entre tus plumas y lloro sin querer. Yo podría llorar todo el amor entero que nos mece a mí y a vos tocar el aire con los ojos abiertos a tu roce para verte río, o un árbol incendiado, una brisa que se da vueltas entre las manos y ahora tenemos un solo ojo externo que mira que nos mira en el entrevero de una hoja tendida, las pestañas contorneadas en la luz de la ventana, un cuerpo desaparecido en la distancia del saber que no seremos, y sin embargo enjaularnos en la sutil transparencia para decir que así quizás siempre este par de pupila sola quiera morir de costado, por entre tu pecho mi pecho donde hemos dado el inicio todo del parto; y henos aquí que entre cuatro labios entramados rebalsados de arduas invisibilidades y significacias mínimas, nace el pájaro y como siempre. Yo te miro en pleno vuelo desde el fondo del cascarón, muy a paso lento y con los ojos cerrados, respiro tu ala toco tu ausencia dibujo el ocaso al que no pertenecemos, para que finalmente nos colme la lluvia, la mañana del lunes, el silencio sobre la mesa; De nuevo el sabor del café en singular.-

A.

Decirte que te silbo el contorno entero

párpado a párpado no consigo delimitarte


Que mi boca es una flor obtusa de la más aguda remembranza


Finita como si sola se re quebrara de un soplo el alma

Que me muere tu vocecita caída la mañana


Que te zumbo en pleno invierno

Cuando digo el duelo todo para siempre entre los huesos



Entretanto yo te canto luciélago el lago lúcido

De azules olas que te nadan no te tengo

se coagula entera tu luz mi vela


En un ascenso al rojo vivo

Danzando dentro el ojo ído

Entre las remuertes del insomnio tardío


Que tu cuerpito ay se me congela el olvido



¡Que te caíste sola lucecita al cielo!

Plano de coberturas neblinado en las esquinas

Vidita mía dónde que no te palpo ni en la tierra


La lengua árida la estación de la sed antigua

Por donde corres


Invisiblemente


Arrastrando la huella el ala

Con tu pie sangre mi mano en tu cadáver




Y yo que todavía te espero,

Mi muertecitamor



ay si miraras

todo dentro



Que lo grite tu vuelo;


Todo sangro.

Ay.

-Única visión de médula entramada yo grito mi piel hacia el abismo-


Oscuro resplandor surgiendo en un invierno de mil labios no te digo


Yo te habito

desde lo hondo de mí constante que mi grito es un árbol que se requiebra


-pero yo hablo sólo de esta piel sola.



O un pozo clarividente sumido en el sueño en la ceguera y te respiro

Y clamó vacío que mi cuerpo me duelo lento en el incendio de mi muerte

-Único bosque de tu alma te paseo entre tu ausencia sobre el filo la médula-


( O no éramos nunca acaso mi aliento al aire que te llora así en el agua desierta )


Yo te exijo que me vuelvas de este abismo sangre el grito

Ostentando en la marea espesa de las lenguas que se adhieren


Ya te diría mi amor todo como este sol tan bajo tierraentiérrame

-Únicamente flor del sexo a la primera esencia viva

Obnubilando cada cual tan tal que sea par


Yo te habito

Desde mí lo hondo que se quiebra el invierno mis mil labios


Para decir frío sobre el aliento tu vientre húmedo

Por ahí que te me escapes de tu almita cuerpo de uno


Para que no te me olvides

Yo piel que te grito


Dame tú aliento



Yo tu vacío.


Tell me what you're seeing

Remembranza de una vida lejana plasmada en la sombra del lenguaje ausente en todo caso de tragedia separado a un costado mínimo de mi vida entera. Qué decir cuando no amo. Cuando todos estos cuerpos se ausentan en la complejidad del filo de la palabra adquirida en la más inmensa curva del trágico desespero afónico, en el respirar entre esqueletos que no han sido más que sombra entre las sombras cuando me es preciso nombrarme el desahogo. Qué vacío tan mudo qué soledad tan inmensa en la superficie de mi sangre retorciéndose de silencio. Y las palabras no desintegran la impura significancia de mi lengua. Y mi lenguaje no es más que un cementerio de imprecisos vocablos enjaulados y mi vida no es ciertamente más lejana que yo;

¿Qué diría si no amara?



-No dirías.

No dirías nada.