lunes, 24 de mayo de 2010
dijo coercitivo
Bastante simple la verdad.
Niaga sesion
Al omalódimo dijimos reventar psicotersalmente críspitos de neo ámidos entregamalvizados
Por proa en prosa amoríbua diásona de salúhucas.
¿Y quién dijo qué, por sobre las venas acaso?
Casdiantimos a poco pómaros plébitos párbicos
que si no nos renacen aquí mismo lamarabamos entre nosotros el andulacirnos
de lúgubres sombiosinas espartáclicas como queja del roa plea punto cómuljo
a toda pifmáluba benigna,
a toda dicha extralasencia,
caodísina de entersoteries amurandando entre raleosomnes.
Así sómulos y serenos nunervicos esquemantes
tirados desangrados al pasmir del óculo abrisonando esta caltértica,
o esta dedógena faumante amirabónica
que exaspera del acá al por allá,
pasease entre corbituomas nonéulicas amiraldantes etisdalostias
que si no fuera porque se la pasan jujonjoneando entre dormires apasmalúdicos
por lo sinfónico de la hoja muerta, muerta y fléola a la luvimia de súala labia pálida
quiebra el halmálago caidisprendo a puntarandisimas torpezades en las esquinas del nebulójulo,
pero casi a la deriva del día di adimedo por solo acaso en cualquiera sea que acrismatise
por el parhelio postrado, o el aguacero del créptlico;
el nido paralelo
la rama contigua
o el bípedo pleno
(se oxtrebícua)
Pseopléndulo.
shut me up
Si pudiera filtrar esto que nos envuelve por sobre el rose del ojo a la ventana. Cegado estático inerte permanente pronunciado hundiéndose a respiros entrecortados de cierta agua que oigo creo me traduce un ensueño en un susurro y al exhalo vacío retoma peso la sien como dándonos cuenta de ser entre seres que se deslizan por solo la caída permanente; la palma sobre la tierra, y ella que suele acariciarnos tan suavemente sin darnos cuenta, y ah como lloramos sin darnos cuenta, y como ahora cree retorcerse hasta adormecer el alma en un rocío tan tibiamente esparcido por el rostro fresco de la mañana. Lo desliza lo detalla contornea y crea por no más que de la esencia de ese aire entre el dedo y quizás en este momento el labio, porque mira como entre ese aire se duermen los leones y luego brillan las pequeñas praderas al primer rayo del día ahí justo en el dedo que señala a ganas de detener el día entre las huellas digitales, como se escurren las últimas gotas del diluvio por entre la savia de las raíces, el cielo como de tinta se nos derrite tiernamente en la pupila y puede que abrace en esbozo de pleno amor puro algún retazo de piel ajena que encuentre caída por allí dentro. Porque en ese aire también el goce brotando en el pecho se desmenuza al aire, toda ese aire, tan lleno de dulzura que el universo en el fondo de la taza de café, y los techos abismales cayéndose a la madrugada de ese mar bordeando el corazoncito de las piedras que laten un poco los talones, todo ese aire quizá en una balsa quizá reducido a un film transparente, todo ese universo a todo ese aire quizá desprendiéndose a parpado bajo quizá añorando quizá casi contempla (quizá), la ternura lo suave lo dormido sobre todo lo alegre la risa el juego todo este río en la ventana este agua ciertamente no palpable exceptuando que hay algo que (pro ba ble men te) sí. Nunca la palabra, pero en descuido ninguno hasta la bienvenida de dicho brillo espontaneo, entonces ella que suele acariciarnos así, tan así de todas formas (sabe que). Dicho brillo como naciendo a veces en la garganta de un ruiseñor, sea reflejo de toda esta agua río calmo sangre,Ah, si pudiera filtrar toda ella toda la esencia y tragármela para siempre; toco el aire y creo lo acaricio para que se me duerma de nuevo sobre el pecho, Veo. Palpable solo esta ventana que queda justo del otro lado, acá, (sobre el pecho) Veo. Y, ah. Pero como debo de llorarme en este momento, (quizá) así sin darme cuenta (qué). Que puede que muera sin haber despertado jamás.
Te amo te odio
Y somos uno por uno hierba de jardín, suciedad en la lente, gotitas de café desperdiciadas en el cuello de la camisa arrugada ah ah ah esto todo esto, ¿para qué? ¿ y sobre qué? ¿Y entonces qué? y entonces nos sentamos a sentarnos. A mirar. A pudrirnos. A mirar cómo nos pudrimos y un gusano nos come. A todos. Pero uno por uno, personalmente me rompo en cuestión de total desinterés la cabeza contra la mesa, y reposo mientras una mosca y sus patitas como leves agujas por las venas me caminan la retina y se llenan de la saliva-moco del ojo. Y qué me importa. Se me abre la mandíbula vegetativa y me desbordo chorreante en sobrepaso de cafeína en los pulmones. A todos. Se nos venció medio cerebro y se nos caen (de a uno) los sesos. Repugnante. Repugnamos. Que el olor a casi muerte, que nos pudrimos y que nos miran que la lengua por el ojo y sale una mosca del ombligo, y nos deslizamos turbiamente por la pared rajando la pintura (o más bien la piel) hasta la rendija en el piso, envueltos en esta niebla sucia que persiguen los gusanos como nosotros, cuerpos desnudos, nos arrodillamos al piso pensando que todo el sol se ha caído por esa puta rendija, sí, porque ¡siempre quisimos el talón justo justo en ese sol! ¡Sí! Ah pero cuerpos, error de los cuerpos, que siempre los cuerpos, cuerpos, púdranse al sol, queridos, que nunca fue el de verdad ¡FE LI CI DAD! Que la mesa ha roto (una por una). Sus cabezas malolientes y mohosas. Desagradable. Auténtico Asco. Que el cuerpo se derrama con olor a muerte por el sol entre los huecos de su cráneo.
Libaldías locura interna
Libaldías alegría
Marcha nuevamente con las agujas clavadas en la sien.
Libaldías llanto medio.
domingo, 23 de mayo de 2010
(Rp)
Las otras cinco prostitutas se tirarán al mar
la semana entrante.
Lunes 7 am,
para que salten las ollas de sus estantes.
O no.
(Respectivo,
plenamente.)
sábado, 1 de mayo de 2010
playing with green noise
en mi frente,
o a mi costado
y me sala
me vizna;
Luego,
me bebe.
tómalo con calma.
Hasta enredarme el sueño
en sus espaldas desnudas y mojadas.
Lunes primera de las ultimas horas.
¿yo?
sí, vos unicornio
¿yo?
sí vos,
porque tenes esencia de cascos
de andar por la hierba
con voluntad de mesa.
¿Mesa?
si, tal cual un ente
o todos los entes
¿ Esos que solo son ?
No,
esos que solo existen
Los entes,
como las mesas
o los unicornios
¿Unicornios?
Unicornio
¿Mesa?
Ente, como vos
justo vos,
unicornio.
Se pasean con voluntad de mesa.
Exacto.
¿Y la hierba?
bajo los cascos
¿Y los que son?
Solo se piensan
¿y entonces?
y entonces...
solo se es.
¿Y lo exacto?
No existe.
Como esos que son
como los entes
No,
los entes existen.
¿Y los unicornios?
También.
¿ Y esos que son?
Solo se piensan.
Solo se piensan.
Exacto.
No
eso no existe, replicaste
Ciertamente.
¿ Entonces la hierba ?
Existe
¿ Y los cascos ?
Existen
¿ Y los que son?
Solo son.
¿ Y el ser?
Solo es.
¿ Y entonces yo?
Existes.
¿ Y todo esto?
Esto, podría ser el ser.
O no.
Pero me delimitan los cascos
¿Debería dejar el cuerpo?
solo las manos
¿ Que no soy lo suficientemente frágil?
Tal vez.
Ah,
Me has engañado nuevamente
jamás hubo hilos de oro
enredandose al árbol
para que fecunde raíces
en este lugar.
Pero, unicornio;
Yo no he dicho nunca
que el agua realmente
pudiera beberte en la hierba,
ni tatuar tu nombre
ni minimamente
en la primer insignia
de la razón
del impensable no ser.
¿ No ser ?
Parte de soportar la flecha
de lo ópticamente ilusorio,
como dejar las manos
para dejar el ente.
Como ya no existir.
Como solo pensarse.
Sí,
como aguardar lo sufrido;
en la conmoción del hombre,
o todo aquello sobre la mesa,
siendo plena esencia del unicornio.
Estrictamente
como solo pensarse,
solo simple y no más,
Sé de una vez.
Pero;
creo que se me hace tarde
Debo morir a tiempo.
cromo
Toco tu sonido por sobre cualquiera de estos ríos primitivos. Una no duerme, una no se siente, una juega las luces, una se recuesta; Todas deambulan por los mismos accidentes geográficos del día insomne en las arrugas de la memoria, por cualquier grieta de estas paredes, o las sucias partículas esparcidas por el piso (o solo el tiempo); Cualquier pequeño espacio para acunarse como en un suave refugio dormido. Toco tu halo con los ojos hundidos en la nuca y se me hace como una llovizna que paraliza el deambule histérico-celular interno. Porque todo este revuelo de peces que se vuelan y se vuelan no se destapan ni cuarto de branquia a la sombra solar, son como manchas a cualquier ajeno ocular (aprecie movimientos eléctricos al desprenderse que a tal fase la alerta desorbita el sentir). Toco tu aroma de almohada cálida y llueve de nuevo, más aún justo en estas arrugas, de esta memoria mojada, que destella con rose de júbilo el haberse suicidado con las agujas del reloj tan incomparablemente precoces. A risa pequeña me sobreactúo modesta; pero no es sino lo realista brillándole a cada gota su panza, que me trae como una hierba cómoda, una mañana entredormida y un par de piedras del azar que mejor que nunca publicitan lo bueno de lo que a eso que a veces llaman “destino” refiere. (Nunca creí qué). Pero no es sino la lluvia liviana, el rocío sobre la frente luego del sol derramándose por un borde del cuello, la presencia y el silencio de su desmayo, la arruga que se convierte en hendidura al pecho insípido por afán de dependencia onírica. Palpito tu dedo Palpo tu día Precipito sin deseo adrede tu diluvio (Porque sé). Toco tu lluvia y me sumerjo, en cada uno de estos ríos primitivos desconectando toda voz. Pero me muerdo una aleta. Y me destiño al vuelo, para germinar tu sombra bajo tierra,
acu mula dor
Quién mejor sino para
Escalarse arrastrándose
Hasta el borde del punto
Más infinito del alba
Para ensordecer
Con eco de trueno
Y garganta entregada
(la miel en los surcos
Del pétalo a pétalo
Que desviste a la espina)
Un canto de fosa pálida
Cardumen de espejos
Destellando el sol al río
El viento como navaja al pecho;
La musa que respira dormida
bajo la cobija de la belleza y la inexistencia,
del ulular su forma a pedido del día
Hila al poeta
Para que a fragmento de pluma cálida
Destruya la pasión al universo que lo nace
Para que logre por sobre todas sus letras,
Por sobre todo el resto de las hojas
O los pies muertos;
La suavidad ante sus ojos.
Y como brisa al aura externa
Al rostro pálido ajeno
Que espera del vacío
Un nacimiento de melodía tersa
Crea con su aliento
Emergiendo de esta superficie
Tragando llama a lumbre
Penetrando en la inconsciencia
Del parpado al alma dormida
(Un augurio de voces sobre la palma);
La caricia
De la palabra.